Muchos de los nódulos de la mama pueden ser causados por fibrosis y/o quistes, en decir, cambios benignos en el tejido mamario y que ocurren en muchas mujeres en algún punto de su vida. La fibrosis se refiere a la formación de tejido parecido a una cicatriz (fibroso), y los quistes son sacos llenos de líquido. Estos cambios en ocasiones son referidos como cambios fibroquísticos, y se han denominado como enfermedad fibroquística. Estos síntomas tienden a empeorar justo antes de comenzar el periodo menstrual de una mujer. Es posible que se sientan nodulos o pseudomasas en la mama, y algunas veces puede salir un líquido transparente o ligeramente turbio de los pezones (telorrea).
Estos cambios son más frecuentes en las mujeres que se encuentran en edad fértil, pero pueden afectar a las mujeres de cualquier edad. Los cambios fibroquísticos son las afecciones benignas de las mamas más comunes.
En realidad estamos hablando de una serie de cambios fisiológicos y que ocurren en el transcurso de la vida de la mama en una mujer.
¿Qué es la fibrosis en la mama?
La fibrosis se refiere a una gran cantidad de tejido fibroso, la misma materia de la que están compuestos los ligamentos y los tejidos cicatriciales. Las áreas de fibrosis tienen una consistencia firme o dura al tacto. La fibrosis no aumenta su riesgo de tener cáncer de mama y no requiere de ningún tratamiento especial.
¿Qué son los quistes de mama?
Un nodulo redondo y móvil, algo doloroso al tacto, sugiere la presencia de un quiste. Los quistes son sacos en forma redonda u ovalada que están llenos de líquido dentro de la mama. Los cambios hormonales de cada mes a menudo hacen que los quistes crezcan y éstos se hacen más dolorosos y evidentes justo antes de la menstruación.
Los quistes se originan con una acumulación de líquido dentro de las glándulas mamarias. Los microquistes (quistes microscópicos) son demasiado pequeños para poder ser reconocidos al tacto y sólo se detectan al examinar el tejido mediante un microscopio. Si el líquido continúa acumulándose, se formarán macroquistes (quistes de mayor tamaño), que pueden palparse fácilmente y pueden alcanzar un diámetro de alrededor de 2 a 5 centímetros (dolorosos por la tension que tienen)
A menudo, no es posible determinar la diferencia entre un quiste y una masa sólida con un examen clínico de la mama. Por lo tanto, es necesaria una ecografía o una biopsia por aspiración con aguja fina (PAAF) para saber con certeza de qué se trata. La punción puede confirmar el diagnóstico de un quiste y, al mismo tiempo, drenar el líquido del mismo. La eliminación del líquido puede disminuir la presión y el dolor por algún tiempo, pero salvo que cause malestar, no es necesario extraer el líquido. Si se extrae, el líquido puede volver posteriormente. Tener quistes no aumenta su riesgo de padecer cáncer de mama en el futuro.