Una fisura anal es un proceso anal muy doloroso y a veces su resolución requiere un tratamiento precoz. En los últimos años han aparecido tratamientos alternativos a la cirugía como es el uso de pomadas con nitroglicerina o diltiazem. Estos tratamientos son a largo plazo (a veces no exentos de efectos secundarios aunque leves) y esto puede ser un hándicap a la hora de tratar a un paciente con dolor intenso con la evacuación.

La cirugía para la fisura anal es muy sencilla y se conoce con el nombre de esfinterotomía y consiste en la sección parcial del esfínter anal interno (que está muy contraído en los pacientes con fisura anal). Esta cirugía, no siempre se debe de realizar de igual manera, pues hay que valorar algunos datos como la longitud de la fisura, la existencia de partos previos (sobre todo si fueron instrumentados), cirugías anales previas, etc. que pueden condicionar la forma de realizar la cirugía.

En ocasiones hay pacientes que pueden tener una fisura anal sin contracción del esfínter y estos pacientes no se deben de intervenir con esta cirugía.

Un error en la indicación o realización de la esfinterotomía puede provocar una incontinencia anal de difícil manejo posterior